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Grupo Chespirito

Chespirito: La Serie que Revive a un Ícono y Reabre Viejas Heridas


¡Fue sin querer queriendo! O tal vez sí… pero lo cierto es que Chespirito: Sin querer queriendo, la nueva serie de Max, ha puesto nuevamente en el centro de la conversación al genio detrás de personajes entrañables como El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado. La producción, que ya es la más vista en México dentro de la plataforma, busca retratar la vida de Roberto Gómez Bolaños desde su infancia hasta sus últimos días. Sin embargo, como en toda historia de grandes figuras, no todo ha sido risas ni cachetadas con guante blanco.

De los libretos al corazón del público

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La serie arranca mostrando a un joven Roberto que no soñaba precisamente con hacer reír a millones. Amante del fútbol y del boxeo, parecía ir por otro camino hasta que una oportunidad en publicidad lo acercó a la escritura. A partir de ahí, su pluma se convirtió en una máquina de crear éxitos en radio, cine y televisión.

Fue en los años 70 cuando sus personajes comenzaron a cobrar vida propia. El Chapulín Colorado y El Chavo del 8 se volvieron fenómenos de masas y llevaron a Bolaños a consolidarse como uno de los comediantes más queridos del mundo hispanohablante. El show fue tan popular, que llegó a tener audiencias millonarias en toda Latinoamérica. ¿Quién no recuerda el “¡Síganme los buenos!” o el icónico “Fue sin querer queriendo”?

Una serie con nostalgia… y polémica

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A pesar del cariño que despierta el personaje, la serie no ha escapado al drama. De hecho, varias figuras cercanas al comediante han alzado la voz para señalar que no todo lo que se muestra es tan fiel a la realidad como parece.

Una de las más críticas ha sido Florinda Meza, actriz, productora y viuda de Gómez Bolaños. En sus redes sociales, Meza ha dejado claro que la producción —que no cuenta con su autorización ni con su nombre real— distorsiona muchos pasajes de la vida del comediante. Desde cómo fue el apoyo de su madre en su carrera artística, hasta escenas que retratan a Bolaños como un novato que luchó “a la Hollywood” para conseguir espacio en la televisión, Florinda insiste: “Esa no es su historia. Es un melodrama de ficción”.

En la serie, su personaje aparece bajo el seudónimo de “Margarita Ruiz”, y se insinúa que su relación con Chespirito influyó en el fin del matrimonio del comediante con su primera esposa. Un enfoque que, según Meza, busca crear conflicto donde no lo había.

Los derechos, los personajes… y las disputas

Otro tema que no deberá pasar desapercibido es el eterno dilema sobre los derechos de los personajes. Por ejemplo, el conflicto con Carlos Villagrán, “Quico”, quien abandonó la serie tras no obtener permiso para usar su personaje en shows independientes. También la disputa con María Antonieta de las Nieves, “La Chilindrina”, quien logró registrar legalmente su personaje y enfrentó una demanda que, al final, ganó.

Estos momentos, aunque polémicos, son parte esencial del legado de Chespirito, en el que permite abrir el diálogo sobre los retos de la fama, la propiedad creativa y el detrás de cámaras en la industria del entretenimiento.

¿Homenaje o reinterpretación?

Chespirito: Sin querer queriendo ha sido bien recibida por muchos fans por su cuidado en la ambientación, su tono nostálgico y la emotividad con la que se retrata al comediante. Pero también ha dejado la pregunta abierta: ¿es una biografía fiel o una reinterpretación dramática?

Lo cierto es que la serie conecta con varias generaciones. Quienes crecieron con los personajes se reencuentran con su infancia, mientras que las nuevas generaciones tienen una ventana para conocer al hombre detrás del barril, el chipote chillón y los chistes que marcaron época.

Más allá de las diferencias entre lo que se muestra y lo que algunos vivieron, el amor del público por Roberto Gómez Bolaños sigue intacto. Y eso, como diría el mismísimo Chavo… fue sin querer queriendo.