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25 países suspenden envíos de paquetes a Estados Unidos por nuevos aranceles


La tensión comercial entre Estados Unidos y la comunidad internacional dio un nuevo giro con la reciente decisión de la administración de Donald Trump de eliminar la exención arancelaria para pequeños paquetes. A partir del 29 de agosto, todos los envíos cuyo valor no supere los 800 dólares —que hasta ahora entraban libres de impuestos— deberán pagar tarifas que van desde porcentajes variables hasta cargos fijos.

La medida, presentada como un intento de proteger la economía nacional y controlar el creciente flujo de importaciones provenientes de plataformas de comercio electrónico, ha generado un efecto inmediato: la suspensión de envíos postales hacia Estados Unidos desde al menos 25 países, incluidos Francia, Alemania, India, Australia, España y Japón.

¿Por qué se suspendieron los envíos?

La Unión Postal Universal (UPU), organismo especializado de la ONU encargado de coordinar los servicios postales internacionales, confirmó en un comunicado que los operadores postales de 25 países ya notificaron la interrupción de los envíos con destino a Estados Unidos.

El motivo principal es la incertidumbre. Los servicios de correo de distintos países señalaron que aún no tienen información suficiente sobre cómo se aplicarán las nuevas reglas en la práctica ni sobre los ajustes operativos que deberán implementar. Hasta que esas dudas se aclaren, decidieron suspender los envíos para evitar retrasos, devoluciones masivas o cobros inesperados a los destinatarios.

En algunos casos, las restricciones son parciales. Japón, por ejemplo, informó que seguirá aceptando ciertos envíos entre particulares, siempre y cuando no superen los 100 dólares. Sin embargo, cualquier paquete con un valor mayor o destinado a la venta quedará bloqueado.

El fin de la exención de “minimis”

Hasta ahora, la normativa estadounidense permitía que cualquier paquete con un valor declarado igual o inferior a 800 dólares entrara al país sin pagar aranceles. Esta regla era ampliamente aprovechada por consumidores que compraban en línea desde el extranjero, así como por pequeños comercios internacionales que encontraban en el mercado estadounidense una gran oportunidad de ventas.

Con la eliminación de esta exención, los paquetes quedarán sujetos a tasas que oscilan entre el 10 % y el 50 % de su valor. En una primera fase, que se extenderá por seis meses, se aplicará una tarifa fija de entre 80 y 200 dólares por paquete, dependiendo del tipo de mercancía.

Para los consumidores, esto se traduce en un incremento significativo del costo final de los productos importados. Según expertos en logística, muchos compradores se enfrentarán a “sorpresas desagradables” cuando reciban sus pedidos y se les exija el pago de aranceles adicionales.

Impacto en las aduanas y empresas de mensajería

Cada vez que un paquete llega a territorio estadounidense, pasa primero por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés). Allí se revisa el código del Sistema Armonizado (SA), un método numérico usado a nivel mundial para clasificar productos y asignarles el arancel correspondiente.

Con las nuevas reglas, los paquetes que antes pasaban sin mayor trámite ahora deberán someterse a un proceso más riguroso. En el caso del Servicio Postal de EE. UU. (USPS), los destinatarios podrían tener que pagar los cargos aduanales al recoger el paquete. Por otro lado, empresas privadas como FedEx, UPS o DHL probablemente cobrarán los aranceles directamente a sus clientes o los añadirán en sus facturas.

Este cambio no solo ralentizará el flujo de mercancías en aduanas, sino que también aumentará los costos operativos para las empresas de mensajería. Se espera que muchas de ellas ajusten sus tarifas para cubrir la nueva carga administrativa.

Una medida inicialmente dirigida a China y Hong Kong

De acuerdo con diversas fuentes, la intención original de la administración Trump era golpear principalmente a plataformas de comercio electrónico con sede en China, como Shein y Temu, que se han popularizado en Estados Unidos por ofrecer productos baratos enviados directamente desde Asia.

No obstante, la medida terminó ampliándose a todos los países para “garantizar su eficacia”, según explicó el propio gobierno estadounidense. Este giro inesperado provocó que incluso naciones aliadas, como las europeas o Japón, se vieran afectadas de igual manera.

Un impacto millonario en el comercio global

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, aseguró que con los nuevos aranceles el país podría recaudar más de 500 mil millones de dólares anuales, una cifra bastante superior a los 300 mil millones estimados inicialmente. Según sus declaraciones, los ingresos por esta vía ya muestran un crecimiento notable de julio a agosto, y se espera que aumenten aún más en los próximos meses.

Sin embargo, este incremento para las arcas federales podría representar un duro golpe para consumidores y pequeños negocios internacionales. Las compras en línea transfronterizas se encarecerán de manera considerable, lo que reducirá la competitividad de vendedores extranjeros y limitará las opciones para millones de compradores estadounidenses.

¿Qué dicen los expertos?

Alison Layfield, vicepresidenta de desarrollo de productos de la empresa de logística ePost Global, advirtió que los consumidores no están preparados para los cambios. “Creo que muchos se van a llevar una sorpresa desagradable cuando vean ese costo adicional en sus pedidos”, señaló.

Por su parte, analistas de comercio internacional consideran que la medida podría provocar un descenso temporal en el volumen de envíos hacia Estados Unidos, mientras los países y empresas ajustan sus sistemas. También advierten que la decisión podría generar tensiones diplomáticas, sobre todo con socios comerciales que se ven directamente afectados.

¿Qué sigue?

Por ahora, las suspensiones se mantendrán hasta que los países tengan mayor claridad sobre cómo se implementarán las nuevas reglas. La Unión Postal Universal indicó que continuará en comunicación con las autoridades estadounidenses para informar a sus miembros y reducir la incertidumbre.

En el corto plazo, los consumidores que compren en línea a vendedores extranjeros deben estar preparados para posibles demoras y cargos inesperados. En el largo plazo, este cambio podría reconfigurar la manera en que se realizan las importaciones minoristas, favoreciendo a proveedores locales en detrimento de pequeños exportadores internacionales.

Lo cierto es que la eliminación de la exención arancelaria marca un antes y un después en la dinámica del comercio electrónico global. Y aunque Estados Unidos espera con ello fortalecer su economía y recaudar miles de millones de dólares adicionales, el costo inmediato lo asumirán tanto los países que han suspendido sus envíos como los consumidores que, hasta hace poco, disfrutaban de compras internacionales sin mayores complicaciones.