En un mundo donde hablar de emociones sigue siendo un desafío para muchos adultos, un niño de apenas 11 años está demostrando que la inteligencia emocional también puede ser cosa de niños… y que incluso puede cambiar vidas.
Su nombre es Edgar David Camacho Flores, aunque en redes y escenarios se presenta como David da Vinci —un apodo que él mismo eligió por su admiración hacia el gran artista e inventor italiano. Originario de Querétaro, México, este pequeño genio con un coeficiente intelectual de 162 ha sorprendido por su talento, pero sobre todo, por su sensibilidad y compromiso con los demás.
Un niño con la mirada puesta en las estrellas
Desde muy pequeño, David mostró un amor profundo por la ciencia, los idiomas y el arte. Habla inglés, francés y alemán, además del español, y combina sus estudios escolares con conferencias, proyectos tecnológicos y participación en foros internacionales.
Su pasión por el espacio lo llevó a formar parte del International Air and Space Program Junior de la empresa AEXA, donde convivió con astronautas y científicos en instalaciones de la NASA. “Fue una experiencia que cambió mi vida”, ha dicho en varias entrevistas. “Aprendí que la ciencia no solo sirve para explorar el universo, sino también para mejorar nuestro propio mundo.”
Y eso es exactamente lo que está intentando hacer.
Macayos: la app que enseña a los niños a entender sus emociones
Inspirado por su propia historia de vida —David sufrió bullying durante varios años— decidió transformar esa experiencia en una herramienta para ayudar a otros niños. Así nació Macayos, una aplicación educativa que utiliza inteligencia artificial y juegos interactivos para enseñar a niñas y niños de entre 4 y 13 años a reconocer, comprender y gestionar sus emociones.
El objetivo es sencillo pero poderoso: formar generaciones emocionalmente inteligentes.
Macayos combina el lenguaje lúdico de los videojuegos con dinámicas inspiradas en la psicología y la pedagogía. Los niños pueden “entrenar” su empatía, aprender sobre resiliencia o practicar habilidades sociales a través de misiones, retos y recompensas, al estilo de plataformas como Duolingo.
“Yo creo que la inteligencia emocional salva vidas”, dice David. “Si aprendemos desde pequeños a entender lo que sentimos, podemos evitar muchos de los problemas que enfrentamos como sociedad”.
De Querétaro al mundo: rumbo a Alemania
El talento y la visión de David han llamado la atención fuera de México. Su siguiente meta es presentar Macayos en el festival Slush’D 2025, que se realizará en Heilbronn, Alemania, uno de los eventos más importantes de innovación y emprendimiento en Europa.
Más de mil participantes de distintas partes del mundo se reúnen cada año en este encuentro para compartir proyectos, ideas y soluciones tecnológicas. Y allí estará él, representando a la niñez mexicana con una propuesta que mezcla ciencia, empatía y esperanza.
Su familia y amigos han lanzado una colecta solidaria para cubrir los gastos del viaje y permitir que David lleve el nombre de México al escenario europeo. “No solo quiero mostrar mi aplicación”, ha dicho, “quiero demostrar que los niños también podemos innovar y cambiar el mundo”.
Un pequeño con gran corazón
Además de su faceta como desarrollador, David ha sido embajador de la Niñez en el municipio de Corregidora y en 2023 fue elegido magistrado presidente del Tribunal Electoral Infantil de México.
También ha creado proyectos sociales, como una campaña de recolección de tapitas de plástico para ayudar a familias vulnerables, y ha ganado reconocimientos por su activismo a favor del bienestar animal.
En 2023, su cortometraje “Adopta con ojos de amor” obtuvo el primer lugar nacional en la categoría infantil del Concurso en Pro del Bienestar Animal, organizado por el Gobierno de Querétaro.
Su talento y compromiso lo han llevado a compartir escenario con personalidades como Katya Echazarreta, la primera astronauta mexicana en viajar al espacio, quien lo describe como “un niño con una curiosidad infinita y una enorme empatía por los demás”.
Inspirar con el ejemplo
Lo que hace especial a David da Vinci no es solo su inteligencia, sino su visión del mundo. En una época donde la tecnología a veces parece alejarnos de lo humano, él busca reconciliar la ciencia con el corazón.
Su sueño es continuar desarrollando herramientas tecnológicas que promuevan la empatía y la educación emocional, y más adelante, formarse profesionalmente en el diseño de ciudades inteligentes y sostenibles.
A su corta edad, David entiende algo que muchos adultos aún olvidan: que el verdadero progreso no está solo en inventar máquinas o descubrir planetas, sino en aprender a convivir, entendernos y cuidarnos los unos a los otros.
Un mensaje que trasciende fronteras
Mientras prepara su participación en Alemania, David sigue dando conferencias, creando contenido educativo y soñando en grande. En su página oficial escribe con frecuencia mensajes de agradecimiento y esperanza: “Quiero inspirar a otros niños a creer que pueden lograr cualquier cosa, sin importar su edad”.
Su historia es un recordatorio de lo mejor que tiene Latinoamérica: la creatividad, la resiliencia y la capacidad de transformar la adversidad en luz.
David da Vinci no solo representa el futuro del emprendimiento infantil en México. Representa una nueva generación que entiende que la inteligencia, sin empatía, se queda corta.
Y que enseñar a los niños a sentir… también es una forma de cambiar el mundo.
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