Escrito por Ricardo Vargas, 17 de junio del 2023.
Los estudiantes que no comprenden lo que leen están condenados al fracaso escolar porque la lectura es la columna vertebral de la vida académica.
Los libros están compuestos por un conjunto de ideas y un enunciado representa una idea. Comprender el enunciado requiere comprender el significado de las palabras que lo componen. Sin embargo, en algunas aulas esa posibilidad es minima.
Una vez escuché a un niño de quinto grado preguntar a su maestra qué significaba “jalar una máquina para podar el césped” -expresión que el niño había encontrado en una revista-. La maestra, en lugar de explicar que la raíz de la palabra podar está relacionada con la idea de cortar selectivamente, al igual que la palabra amputar, respondió que esto quería decir: “pulear una máquina para wirirear la hierba” (To pull) (weed-eater). Su explicación confundió aún más al niño.
Analizar el lenguaje de instrucción que se desarrolla en las aulas nos permite entender por qué resulta tan difícil para muchos niños, cuya lengua materna no es el inglés, comprender explicaciones en una forma de expresión que no es lógica ni adecuadamente organizada para ser procesada por ellos.
La comprensión se encuentra íntimamente ligada al lenguaje de instrucción. Una buena parte de los problemas del bajo rendimiento escolar de los niños se encuentra en el lenguaje de instrucción defectuoso, poco preciso, que no ayuda a comprender las ideas contenidas en los textos.
Para lograr que el trabajo sea eficaz, los maestros debemos entender que los conceptos son una parte fundamental de la comprensión.
En su diccionario etimológico, Guido Gómez de Silva indica que la palabra concepto está relacionada a dos ideas, concebir y poner límites. Conceptus, o conceptualizar, se define como separar una cosa de otra usando las capacidades intelectuales. De ahí se desprende la noción que conceptualizar se entiende como algo que se pone en palabras dentro de la cabeza, pero para que esto suceda deben de ser palabras con significado claro, no palabras vacías sin significado.
La forma como los niños entienden está condicionada a la manera como perciben los conceptos y a la forma como los utilizan para organizar sus ideas.
Otro aspecto fundamental para la comprensión de la lectura es que los niños dominen los prefijos y los sufijos que les permiten acercarse al significado de las palabras. Por ejemplo: Decir algo con la mano en los testículos en algún momento significó decir algo poderoso, con verdad; testículo procede de testa que significa cabeza, los testículos tienen forma de cabeza, de todo esto se origina la expresión “dar testimonio”.
Incorporar habilidades en los docentes para que sean capaces de utilizar un lenguaje de instrucción comprensible, no ha sido fácil para los sistemas educativos, ya que cada maestro tiene su propio lenguaje de instrucción matizado por su formación y experiencias.
En Lecto Nivelación Académica durante más de cuatro décadas nos hemos dedicado a diseñar poderosas metodologías para la enseñanza de la lectura y las matemáticas basadas en el lenguaje de instrucción que garantiza que los estudiantes alcanzarán una profunda comprensión.
