Por: Gina Dewar
Aire fresco. Luces por todas partes justo al lado de Times Square en la increíble ciudad de Nueva York. Me estaba esperando el teatro August Wilson (sí, lo sé. Qué egocéntrico, pero así me sentía).
Se abrió el telón y la primera persona que ves es la increíble Lea Michele, una galardonada actriz, cantante y autora de best-sellers. Verla tan cerca en Broadway y escuchar su voz en vivo fue una experiencia increíble.
Sigo a Lea Michele desde GLEE, donde interpretó el papel de Rachel Berry, una estudiante de preparatoria que demostró que tenía la voz de una estrella de Broadway.
Ramin Karimloo, Jared Grimes, Tovah Feldshuh (¡celebrando este año 50 años en Broadway!), Peter Frances James, Ephie Aardema, Debra Cardona, Toni Dibuono, Martin Moran y muchos otros nos llevaron a los días en que el entretenimiento en vivo era lo único disponible. Mucho antes de la televisión o los programas de transmisión, todos solían portar sus mejores atuendos y disfrutar de un programa en vivo de 3 horas lleno de canto, baile y momentos mágicos.
Funny Girl, una película que vi hace mucho tiempo (y una de las favoritas de mi madre) con la increíble Barbra Streisand, parecía diferente cuando la ví en vivo.
No me malinterpreten, Barbra Streisand es la REINA, pero la historia de Funny Girl se siente diferente ahora que soy mayor.
Funny Girl es la historia de una mujer joven que intenta ser una estrella. No es la típica belleza a la que todo el mundo está acostumbrado en el mundo del espectáculo, pero su divina voz y personalidad la convierten en una sensación.
Su atormentado romance y relación con Nick Arnstein, te hace pensar, sonreír, reír y llorar. Olvidas que la obra está ambientada en la era posterior a la Primera Guerra Mundial en Nueva York y cómo, siendo mujer, todavía enfrentas los mismos problemas de misoginia y estándares de belleza que se esperaban en aquellos días en la época actual.
La historia se cuenta en un flashback de cómo llegó a donde está. La relación madre-hija es hermosa, el apoyo de su mejor amigo y la forma de manejar su vida hace que todas nos identifiquemos con ella.
“Don’t rain on my Parade” y “People” fueron interpretadas por Lea Michele de una manera que garantiza su nombre en la cartelera iluminada durante mucho tiempo y su lugar como una de las mejores voces de Broadway.