Tu Consulta en ChatGPT También Consume Agua… ¿Lo Sabías? 

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La inteligencia artificial (IA) ha cambiado nuestra vida de muchas formas: nos ayuda en el trabajo, nos entretiene y hasta nos facilita tareas diarias. Pero detrás de todo ese avance tecnológico, hay un costo ambiental que muchas veces pasa desapercibido. Un claro ejemplo es el reciente boom de los filtros de IA, como el estilo Studio Ghibli en ChatGPT, que en pocos días consumieron millones de litros de agua. ¿Cómo es posible? Vamos a desglosarlo.

El Consumo de Agua en la IA: Un Problema Oculto

Para funcionar, la IA necesita enormes centros de datos que procesan información sin parar. Estos servidores generan mucho calor y deben ser enfriados con agua. Según la UNAM, cada vez que usamos ChatGPT, se pueden gastar hasta 500 mililitros de agua. Parece poco, pero al sumar millones de interacciones al día, el consumo se dispara.

Un caso impactante fue la moda de las imágenes con el estilo de Studio Ghibli: en solo una semana, se usaron aproximadamente 216 millones de litros de agua para generar estas ilustraciones. Para entenderlo mejor, imagina a 100 personas consumiendo 380 litros de agua al día: tardarían 15 años en gastar la misma cantidad.

El problema es que esto no va a disminuir. De hecho, se estima que para 2027, el consumo de agua debido a la IA podría llegar hasta los 6,600 millones de metros cúbicos, según la OCDE. Esto no solo reduce la disponibilidad del recurso, sino que también agrava el impacto ambiental de la tecnología.

El Alto Consumo de Energía y la Huella de Carbono de la IA

El agua no es el único problema. La IA también necesita muchísima electricidad, lo que genera emisiones de carbono. Según la International Energy Agency (IEA), la demanda global de electricidad subirá un 5 % para 2025, y una buena parte de ese aumento se debe al crecimiento de la IA.

Los centros de datos ya representan entre el 1 y el 1.3 % del consumo eléctrico mundial, pero se espera que lleguen al 4 % para finales de la década. Para ponerlo en perspectiva, entrenar un solo modelo de IA puede gastar tanta electricidad como una ciudad pequeña y emitir cientos de toneladas de CO2.

Un estudio de Goldman Sachs Research estima que el consumo energético de la IA aumentará un 15 % entre 2023 y 2030, lo que equivale a necesitar 47 gigavatios más de energía. Esto es un reto enorme para los esfuerzos globales de reducir las emisiones de carbono.

¿Qué Podemos Hacer? Posibles Soluciones

Para evitar que la IA se convierta en un problema ambiental aún mayor, varias organizaciones han propuesto soluciones:

  • Exigir a las empresas que informen cuánta agua y energía consumen.
  • Crear algoritmos más eficientes que usen menos recursos.
  • Construir centros de datos ecológicos con fuentes de energía renovables.
  • Establecer regulaciones ambientales específicas para la IA.

El avance tecnológico no tiene que estar peleado con el cuidado del planeta. Si se aplican las regulaciones adecuadas y se fomenta la transparencia, la inteligencia artificial puede seguir evolucionando sin comprometer nuestros recursos naturales. Es momento de tomar conciencia y actuar antes de que sea demasiado tarde.

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