Por: Carlos Antonio Flores
Al principio de mi carrera, como muchas personas, luché por lograr muchas de las metas que me propuse a mí y a mi organización. Sobre todo, porque la falta absoluta de claridad fue una razón común del fracaso de muchos planes. La claridad es crucial en varios niveles de planificación, desde los objetivos generales hasta las tareas y cronogramas específicos.
Sin él, estamos sujetos a una desalineación de objetivos: sin objetivos claros y bien definidos, los miembros del equipo pueden tener diferentes interpretaciones de lo que se debe lograr. La desalineación puede provocar esfuerzos desperdiciados y una falta de progreso hacia los resultados previstos.
- Prioridades poco claras: cuando las prioridades no se comunican, los miembros del equipo pueden tener dificultades para comprender dónde centrar sus esfuerzos. Esto puede dar lugar a un enfoque disperso, en el que las personas trabajan en tareas que tal vez no contribuyan significativamente a los objetivos generales.
- Hitos ambiguos: Los hitos poco claros o ambiguos dificultan la medición del progreso con precisión. Es posible que los miembros del equipo no sepan cuándo van por buen camino o si necesitan hacer ajustes para cumplir con plazos específicos.
- Falta de rendición de cuentas: Sin claridad sobre las responsabilidades y expectativas, la rendición de cuentas puede verse comprometida. Es posible que los miembros del equipo no se apropien de sus tareas, lo que genera una falta de compromiso y responsabilidad. No fue hasta que descubrí cómo establecer un plan individual y organizacional 30/60/90.
Un plan 30/60/90 es un esquema estratégico que ayuda a personas o equipos a establecer metas y prioridades para los primeros 30, 60 y 90 días de un nuevo proyecto, trabajo o iniciativa. Esto se usa comúnmente en los negocios, particularmente durante el proceso de incorporación o al asumir un nuevo rol.
La importancia de tener un plan 30/60/90 se puede resumir en varios puntos clave:
- Claridad de objetivos: el plan ayuda a las personas o equipos a aclarar sus objetivos a corto y mediano plazo. Esta claridad es esencial para centrar esfuerzos y recursos en las tareas y objetivos más críticos.
- Enfoque estructurado: dividir los objetivos en segmentos de 30, 60 y 90 días proporciona un enfoque estructurado para la planificación y ejecución. Esta estructura permite una mejor organización y seguimiento del progreso.
- Alineación con los objetivos a largo plazo: el plan ayuda a garantizar que las acciones a corto plazo se alineen con los objetivos a largo plazo. Al establecer objetivos incrementales, las personas pueden lograr un progreso constante hacia el logro de objetivos más amplios a lo largo del tiempo.
- Herramienta de comunicación: el plan sirve como herramienta de comunicación, permitiendo a las personas compartir su enfoque estratégico con miembros del equipo, superiores o partes interesadas. Esto ayuda a construir alineación y obtener apoyo.
- Adaptabilidad: El plan 30/60/90 no es rígido; permite realizar ajustes basados en comentarios, circunstancias cambiantes o desafíos imprevistos. Esta adaptabilidad es crucial en entornos dinámicos.
- Evaluación del desempeño: El plan proporciona una base para evaluar el desempeño y el progreso. Las evaluaciones periódicas a los 30, 60 y 90 días permiten realizar ajustes, reconocer los logros y abordar cualquier problema.
- Gestión del tiempo: al delinear claramente las tareas y objetivos en períodos de tiempo específicos, el plan ayuda a una gestión eficaz del tiempo. Ayuda a las personas a priorizar tareas y asignar recursos de manera adecuada.
- Motivación y responsabilidad: Tener un plan en marcha puede aumentar la motivación, ya que las personas pueden ver el progreso que están logrando. También fomenta la rendición de cuentas, ya que el plan sirve como un compromiso para lograr resultados específicos dentro de plazos establecidos.
- Mitigación de riesgos: el plan permite la identificación de riesgos y desafíos potenciales en las primeras etapas, lo que permite tomar medidas proactivas para mitigar estos riesgos antes de que aumenten.
- Desarrollo profesional: para las personas que desempeñan nuevos roles, el plan 30/60/90 puede ser una herramienta valiosa para el desarrollo personal y profesional. Fomenta la reflexión sobre habilidades, brechas de conocimiento y áreas de mejora.
En conclusión, el plan 30/60/90 es una herramienta importante para el establecimiento de objetivos, la organización, la comunicación y la adaptabilidad. Apoya a personas y equipos para lograr el éxito al proporcionar una hoja de ruta estructurada para las primeras etapas de un proyecto o una nueva función. Me ayudó en mi carrera y sé que te ayudará si empiezas a usarlo.