Por: Kora Sánchez
En un mundo en rápida evolución, las organizaciones que priorizan el aprendizaje y el desarrollo continuos tienen más probabilidades de prosperar y seguir siendo competitivas. Pero, ¿qué porcentaje de organizaciones adoptan realmente esta filosofía y cómo aprenden las personas de forma más eficaz? Profundicemos en estas cuestiones y exploremos los principios para fomentar una cultura de aprendizaje y crecimiento.
El porcentaje de organizaciones que aprenden
Convertirse en una verdadera organización de aprendizaje es la aspiración de muchos, pero la consiguen relativamente pocos. Según las investigaciones y encuestas realizadas en los últimos años, aproximadamente el 20-30% de las organizaciones pueden clasificarse como organizaciones de aprendizaje. Estas organizaciones se caracterizan por su compromiso de fomentar un entorno en el que los empleados puedan aprender, adaptarse e innovar continuamente. Entienden que el aprendizaje no es un acontecimiento puntual, sino un viaje continuo. Las organizaciones que aprenden superan sistemáticamente a sus homólogas por ser ágiles, innovadoras y estar mejor equipadas para responder a los cambios y retos externos.
Cómo aprenden las personas
El aprendizaje es un proceso polifacético, y las personas suelen aprender de diferentes maneras. La investigación ha demostrado que el aprendizaje es más eficaz cuando combina varios métodos:
1. Experiencia práctica (aprendizaje experimental): Representa aproximadamente el 70% del aprendizaje efectivo. Implica la aplicación práctica y el aprendizaje a través de la experiencia directa. En un contexto corporativo, esto podría significar rotaciones de tareas, formación en el puesto de trabajo y experiencias de aprendizaje inmersivas.
2. Observación y tutoría: Alrededor del 20% del aprendizaje procede de la observación de los demás y de la tutoría. Esto puede incluir seguir de cerca a colegas, aprender de miembros experimentados del equipo o incluso estudiar modelos de conducta.
3. Aprendizaje teórico: El 10% restante procede de fuentes teóricas, como la formación formal en el aula, el aprendizaje electrónico y la lectura. Aunque el aprendizaje teórico es valioso, tiene mayor impacto cuando se complementa con la experiencia práctica y la tutoría.
Estrategias de desarrollo eficaces
Para prosperar como organización de aprendizaje, es esencial centrarse en estrategias de desarrollo eficaces. He aquí algunos principios clave:
1. Instrucciones claras: Es primordial proporcionar instrucciones claras y concisas. La ambigüedad puede obstaculizar el aprendizaje y el rendimiento.
2. Explicar el porqué: Los empleados deben comprender las razones que hay detrás de los puntos y estrategias clave. Esta comprensión contextual impulsa el compromiso y el propósito.
3. Práctica y errores: Anime a los empleados a practicar sus habilidades y permítales cometer errores con una gestión adecuada de los riesgos. Aprender de los fracasos es una parte inestimable del crecimiento.
4. Potencie la resolución de problemas: En lugar de resolver los problemas por los empleados, anímelos a explorar y encontrar soluciones por sí mismos. Esto no sólo aumenta su confianza, sino que también fomenta el pensamiento crítico y la capacidad de resolver problemas.
Servir tanto a los clientes como a los empleados
Las organizaciones que prosperan entienden el doble papel que desempeñan. Sirven a sus clientes ofreciéndoles productos y servicios excepcionales, pero también sirven a sus empleados creando un entorno en el que se fomenta el crecimiento personal y profesional. Cuando se permite a los empleados ser la mejor versión de sí mismos, contribuyen no sólo al éxito de la organización, sino también a la evolución más amplia de la humanidad.
En conclusión, aunque un número significativo de organizaciones se esfuerzan por convertirse en organizaciones de aprendizaje, el porcentaje de las que realmente prosperan en este empeño es relativamente bajo. Comprendiendo cómo aprenden mejor las personas y aplicando estrategias de desarrollo eficaces, las organizaciones pueden allanar el camino para convertirse en verdaderas organizaciones de aprendizaje que sirvan tanto a sus clientes como a sus empleados, contribuyendo al cambio positivo y a la evolución del mundo.
