A medida que se acercan las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024, el escenario político está preparado para una histórica revancha entre Joe Biden y Donald Trump. Este escenario sin precedentes ha hecho reflexionar a muchos estadounidenses y expertos políticos por igual: ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
Caída y ascenso de Trump
No hace mucho, Donald Trump parecía estar contra las cuerdas. Tras los dramáticos acontecimientos del 6 de enero, la derogación de Roe v. Wade, y un pobre resultado republicano en las elecciones de 2022, parecía que el Partido Republicano estaba listo para pasar página al ex presidente. Supuestamente comenzaba la era post-Trump. Sin embargo, solo una semana después de las elecciones de mitad de mandato, Trump volvió a presentarse a la contienda de 2024, anunciando su candidatura ante una sala llena de observadores desinteresados. Incluso sus propios hijos brillaron por su ausencia. La seguridad tuvo que impedir que los espectadores escaparan a lo largo de sus serpenteantes comentarios.
Pero entonces llegaron las primarias republicanas. La actuación dominante de Trump en las primarias republicanas hizo que sus oponentes se quedaran sin aliento. ¿Cómo se produjo esta transición? La respuesta no está simplemente en el propio Trump.
Interpretación errónea de la base
La mayoría de los líderes republicanos malinterpretaron profundamente a su base. Algunos incluso se comprometieron a apoyar su reelección. Al hacerlo, allanaron involuntariamente el camino para que los votantes republicanos volvieran a Trump, asegurando su resurgimiento. Aquí hay tres temas clave que surgieron de mis grupos de enfoque en los últimos años:
1. No se puede vencer a algo con nada: El campo republicano no ofrecía nada nuevo a los votantes. Nikki Haley y Mike Pence se retrataron a sí mismos como representantes del GOP anterior a Trump. Ron DeSantis y Vivek Ramaswamy intentaron copiar a Trump presentándose como guardianes más jóvenes y capaces del mismo objetivo MAGA. Sin embargo, ninguno de ellos presentó una alternativa seria a Trump. En cambio, evitaron a sus seguidores, temiendo repercusiones.
2. El anhelo de cambio: Los votantes republicanos no añoran el republicanismo de Reagan. Aunque algunos conservadores suspiran por presupuestos equilibrados y liderazgo estadounidense, una parte significativa prefiere políticas exteriores aislacionistas y candidatos que prometan castigar a los enemigos internos. Trump aprovechó este sentimiento, prometiendo disrupción y desafío.
3. La estructura de permiso de Trump: Al acomodarse al comportamiento de Trump, sus oponentes establecieron inadvertidamente una estructura de permiso para que los votantes volvieran a él. Crearon un vacío, y Trump volvió a entrar.
El primer mandato del presidente Biden
Joe Biden, un veterano estadista, siempre ha sido un superviviente político. Su camino hacia la presidencia estuvo marcado por la perseverancia, los fracasos y los momentos de éxito. Tras ser vicepresidente de Barack Obama, Biden lanzó su propia campaña presidencial en 2020. A pesar de las dudas iniciales y de una carrera demócrata repleta, emergió como el favorito.
El primer mandato de Joe Biden fue un acto de equilibrio. Se enfrentó a un Congreso dividido, a una pandemia que hacía estragos y a una nación convulsionada por las tensiones raciales. Su administración implantó rápidamente las vacunas COVID-19, aprobó una ley histórica sobre infraestructuras y promovió el derecho al voto. Sin embargo, sus detractores afirmaron que era demasiado moderado y no cumplió promesas progresistas como la condonación de préstamos a estudiantes, la reforma policial y, sobre todo, la guerra entre Ucrania y Rusia. A medida que se acercaban las elecciones de 2024, el índice de aprobación de Biden descendía. Algunos han puesto en duda su capacidad para superar a Trump una vez más.
Promesas de campaña y retórica
La campaña electoral de Trump ha estado repleta de declaraciones y promesas grandilocuentes, como la imposición de un “arancel del 100%” a los automóviles importados para ayudar al sector automovilístico estadounidense. Su retórica también se ha caracterizado por fuertes advertencias sobre las consecuencias de su posible derrota, insinuando un “baño de sangre” si Biden gana un segundo mandato. En cambio, Biden ha centrado su campaña en la promesa de estabilidad, recurriendo a su experiencia y haciendo campaña por la continuidad de sus programas del primer mandato.
El pulso de la nación
A medida que se acercan las elecciones, la nación observa con impaciencia cómo las encuestas muestran una carrera reñida. Se espera que los estados indecisos desempeñen un papel crucial, por lo que la participación de los votantes es más importante que nunca. Los debates prometen fuegos artificiales, con Biden intentando subrayar sus logros y oponiéndose a la grandilocuencia de Trump.
Por qué es importante esta revancha
Estas elecciones son importantes no sólo porque se trata de una revancha, sino también porque reflejan una sociedad profundamente dividida que se enfrenta a viejos problemas y personalidades. Refleja el clima político actual y la dificultad de instalar un nuevo liderazgo.
De cara al futuro
El resultado de estas elecciones determinará no sólo el futuro de Estados Unidos, sino también su lugar en la escena mundial. Como votantes, las decisiones que tomen en las urnas influirán en el rumbo que tome esta nación en estos tiempos de incertidumbre.
En esencia, las elecciones de 2024 representan un momento decisivo en la política estadounidense, con dos puntos de vista radicalmente divergentes sobre el futuro del país en juego. Es un reconocimiento a los legados perdurables de Biden y Trump, así como un recordatorio aleccionador de la división que define nuestro momento.
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