Por: Jennifer Ariesta
Acolyte es la más reciente serie de Star Wars en streaming en Disney Plus. Es una historia de detectives ambientada en la época de la Alta República, la Edad de Oro de los Jedi, siglos antes de la Saga Skywalker.
Un maestro Jedi ha sido asesinado. La sospechosa es Osha (Amandla Stenberg), una antigua padawan que fue expulsada de la Academia hace seis años. La chica en cuestión trabaja ahora como meknek (mecánica) en una nave comercial y jura por su inocencia. Convencida de que hay algo más de lo que parece, su antiguo Maestro Jedi forma un equipo para investigar la verdad.
En el centro de la historia hay un aspecto intrigante nunca antes visto en la acción en vivo de Star Wars. Cuenta con la ventaja de la cautivadora interpretación de la estrella principal, Stenberg, que muestra una tremenda dualidad, tan esencial en su papel. En cuanto al resto del elenco, aunque el nombre más sonado es Lee Jung Jae, de la fama de “El Juego del Calamar”, alguien más se cuela y roba la atención. Se trata de Manny Jacinto, que interpreta el papel de un traficante de veneno implicado en la trama central de asesinato.
Visualmente, el presupuesto se nota en la pantalla: el suave efecto visual, los escenarios bien realizados, el vestuario y el maquillaje, impecables como siempre. La serie también introduce el combate cuerpo a cuerpo en Star Wars, ¡una primicia! Y como corresponde a cualquier material de Star Wars, la partitura es bastante buena.
Lástima que, como pieza detectivesca, el misterio parezca a medio cocinar. Un giro clave se revela demasiado pronto, antes de que pueda crear verdadero suspense. Al principio, parece que el misterio se va a desvelar al público sólo para que podamos ver cómo los personajes lo descubren, pero resulta que han puesto todas las cartas sobre la mesa sin ambigüedades. Hay una historia convincente, pero la forma en que está estructurada y editada no le hace justicia. Las motivaciones de cada uno quedan al descubierto demasiado rápido, sin dejar lugar a la intriga. Es una oportunidad perdida.
También se percibe una dinámica de personajes endeble en todas partes. El guión no consigue transmitir las emociones de forma convincente. Por ejemplo, uno de los personajes siente un afecto paternal por el protagonista, pero sus interacciones, diálogos o dinámica entre ellos no resultan convincentes. Por otro lado, otro personaje desconfía mucho del protagonista, pero su razonamiento y lo poco que se nos cuenta de su historia no justifican en absoluto la excesiva apatía. Entre la intención y el resultado, algo se pierde en el abismo.
Pero lo más importante es que esta serie ilustra cómo la franquicia Star Wars ya no es tan especial. Se ha abusado tanto de su historia que incluso oír a los personajes decir las famosas frases “Que la Fuerza te acompañe” o “Tengo un mal presentimiento” ya no inspira la misma emoción. Ahora parece un golpe bajo a la nostalgia, por no decir predecible.
Culpo de ello a Disney Plus y a su empeño en exprimir al máximo cada una de sus IP. Serie tras serie existen para expandir el universo, pero de alguna manera estos intentos sólo desmantelan la mística de la saga y su lore. Pero ese es el precio que pagamos en esta era del streaming impulsado por las IP.
Veredicto: Una producción de gran presupuesto y unas interpretaciones estelares no pueden superar una historia derivada y una trama delgadísima. Tolerable para los fans acérrimos, pero bastante olvidable para el resto.
