La primera temporada de The Last of Us nos dejó a todos boquiabiertos: demostró que una adaptación de un videojuego podía ser, bueno, increíble. Emotiva, intensa y terrorífica en el mejor de los sentidos. ¿Pero la segunda temporada? Golpea mucho más fuerte. No es solo una continuación del viaje de Joel y Ellie, es un cambio total de tono. Más dolor, más complejidad y muchas más emociones.
Salto en el tiempo y tensión en el paraíso

Nos encontramos con Joel y Ellie cinco años después en Jackson, Colorado. La vida parece casi… ¿normal? Tienen techo, comida, gente y paz. Pero bajo esa tranquila superficie, las cosas son complicadas. Joel sigue aferrado a la mentira que le dijo a Ellie al final de la primera temporada, y ella sabe que algo pasa. ¿Ese lazo tan fuerte? Se está deshilachando, y rápido.
La trama: Culpa, rencor y zonas grises
La segunda temporada se centra en lo que ocurre después del dramático final de la primera. Conocemos a Abby (interpretada por Kaitlyn Dever), alguien con una razón muy personal para perseguir a Joel. Su padre fue una de las Luciérnagas que Joel mató. Y sin más, nos vemos inmersos en una historia de venganza que lo pone todo patas arriba.
Esta temporada discurre por dos vías emocionales paralelas:
- La relación entre Ellie y Joel: Ella es mayor, más independiente y empieza a resentir la constante necesidad de Joel de protegerla. Él está atormentado por el pasado y aterrorizado de perderla.
- La venganza de Abby: Su historia se cuenta en flashes y escenas actuales, y está diseñada para jugar con nuestras lealtades. Cuanto más aprendemos sobre ella, más difícil resulta etiquetar a alguien como «bueno» o «malo».
Esta vez la narración es más atrevida: múltiples perspectivas, saltos en el tiempo y un reparto más numeroso. Se trata menos de la supervivencia y más de las consecuencias emocionales de sobrevivir.
Seamos realistas: esta temporada no es fácil de ver. He aquí por qué:
- Es emocionalmente implacable: La tristeza está presente en cada episodio. Sientes el peso de cada decisión, de cada muerte, de cada arrepentimiento.
- ¿Moral? No hay respuestas claras. Todos los personajes hacen cosas horribles por lo que creen que son las razones correctas.
- Joel ya no es un héroe: Joel nos sigue importando -después de todo, es Pedro Pascal-, pero es difícil ignorar las consecuencias de sus decisiones…
- Los temas son brutales: La primera temporada trataba de sobrevivir juntos. La segunda trata de lo que ocurre cuando el dolor se apodera de uno, y de cómo la venganza sólo conduce a más dolor.
- Grandes riesgos: A algunos fans les encantaron las decisiones audaces. Otros las odiaron. Sin duda, es una temporada que divide a la gente.
Fans y críticos: Desgarrados pero impresionados

A pesar de la dureza emocional de la serie, la crítica le ha dado un gran apoyo. Tiene un 81 en Metacritic y un 95% en Rotten Tomatoes. La gente está encantada con las interpretaciones (Bella Ramsey y Pedro la están rompiendo), la acción es salvaje y la narración tiene grandes y atrevidos giros.
Pero sí, algunos espectadores tuvieron que hacer una pausa, tomar aliento y reagruparse antes de terminar la temporada. Es así de pesada.
Reflexiones finales: Un viaje brutal pero brillante
La segunda temporada de The Last of Us no está aquí para consolarte. Quiere que sientas cosas, cosas incómodas, a veces desgarradoras. Plantea preguntas difíciles y te obliga a enfrentarte a ellas. Si te apetece una inmersión más oscura y profunda en el dolor, la venganza y la difusa línea que separa al héroe del villano, esta temporada lo consigue. Pero… no la veas toda en una noche.

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