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20th Century Fox Animation

Películas con aroma a otoño


El otoño es más que una estación: es un estado del corazón. Es el crujir de las hojas bajo los pasos, el aire fresco que pide bufandas suaves, la melancolía dulce que se cuela por las ventanas y que invita a una taza de té humeante mientras miramos cómo el mundo se tiñe de dorado. Y como cada estación tiene su propio cine, el otoño nos regala un puñado de películas que parecen creadas para acompañarnos en estos días de cielos bajos, faroles encendidos y corazones nostálgicos.

Hoy quiero compartirte seis películas que, cada una a su manera, tienen esencia otoñal: algunas por sus paisajes, otras por su historia, y otras porque simplemente despiertan en nosotros esa sensación de recogimiento y belleza que solo el otoño sabe dar.

Otoño en Nueva York (2000)

No podía empezar por otra. Con un título tan directo, esta película es casi un manifiesto del cine otoñal. Otoño en Nueva York, con Richard Gere y Winona Ryder, es un romance que mezcla el deslumbrante paisaje de Central Park con la fragilidad de la vida y el amor.

Las hojas anaranjadas cayendo, los paseos por mercados artesanales, las chaquetas elegantes y los destellos dorados de Manhattan son parte del telón de fondo. Pero más allá de lo visual, lo que la hace profundamente otoñal es su tono: la película es, como el otoño mismo, una meditación sobre la fugacidad, sobre lo efímero de los momentos hermosos que debemos atesorar. Es un relato que habla de la belleza de amar incluso cuando sabemos que no es para siempre.

El club de los poetas muertos (1989)

Si el otoño fuera un aula, se parecería mucho a la de la Academia Welton en El club de los poetas muertos. Las paredes cubiertas de madera oscura, los estudiantes con sus uniformes de lana, la luz dorada filtrándose entre las ventanas altas: todo ello crea una atmósfera otoñal que envuelve a la historia.

La película, con Robin Williams en su inolvidable papel de profesor Keating, es un canto a la libertad, a la poesía y a la necesidad de escuchar a la voz interior. El otoño aquí se siente en la transición, en ese momento en que los jóvenes pasan de la inocencia a la confrontación con la vida adulta. Y es, también, un recordatorio de que incluso en los días más grises, la belleza de la palabra y la pasión pueden encender hogueras en el alma.

Hocus Pocus (1993)

El otoño no sería otoño sin Halloween. Y Hocus Pocus es el epítome de las películas que nos devuelven el espíritu travieso y encantado de la infancia. Con sus brujas caricaturescas, su Salem cubierto de calabazas y hojas secas, y su mezcla de magia y humor, esta película se ha convertido en un clásico de la temporada.

No importa si ya hemos visto a las hermanas Sanderson volar en escobas (y hasta en aspiradoras) decenas de veces: cada nuevo otoño parece pedir que volvamos a encontrarnos con ellas. Es una cinta que despierta ese lado juguetón de la estación, cuando las calles se llenan de faroles de calabaza, los niños se disfrazan y el aire huele a manzanas caramelizadas.

Tienes un e-mail (1998)

De todas las comedias románticas de los 90, Tienes un e-mail es probablemente la más otoñal. La historia entre Kathleen (Meg Ryan) y Joe (Tom Hanks) es, por supuesto, encantadora, pero lo que la hace especial son sus escenarios: librerías cálidas, calles cubiertas de hojas y esa Nueva York que parece diseñada para enamorarnos en septiembre.

Hay algo particularmente otoñal en el concepto de escribir cartas —o en este caso, correos electrónicos—. El intercambio de palabras en silencio, la espera, el descubrir la voz del otro poco a poco: todo ello resuena con la calma reflexiva de la estación. Y claro, quién puede olvidar la icónica frase: “El otoño en Nueva York me hace querer comprar útiles escolares”.

La leyenda del jinete sin cabeza (Sleepy Hollow, 1999)

Si hablamos de un otoño oscuro y gótico, Sleepy Hollow de Tim Burton es la elección perfecta. Con su paleta de colores apagados, sus bosques cubiertos de niebla y sus calabazas encendidas, esta película no solo sucede en otoño: parece destilarlo.

La historia, inspirada en el cuento clásico de Washington Irving, es un festín visual de misterio y romanticismo macabro. Johnny Depp como Ichabod Crane y Christina Ricci como Katrina nos guían por un relato donde las hojas secas crujen bajo los cascos de los caballos y las sombras parecen cobrar vida. Es el lado más escalofriante del otoño, ese que nos recuerda que entre las ramas desnudas puede esconderse una leyenda.

Laberinto (1986)

Puede que no sea una película que muchos asocien de inmediato con el otoño, pero Laberinto, con David Bowie y Jennifer Connelly, tiene esa cualidad mágica y nostálgica que encaja perfectamente con esta estación. Los escenarios oscuros y fantásticos, el contraste entre la inocencia de Sarah y el misterio del Rey de los Goblins, crean un ambiente que mezcla lo onírico con lo melancólico.

El otoño, después de todo, es también la estación de las ensoñaciones: cuando el viento golpea los cristales y las tardes invitan a soñar despiertos. Y Laberinto nos lleva precisamente a ese lugar donde la fantasía y la realidad se mezclan en un viaje que habla de crecer, de perder y de aprender.

Fantastic Mr. Fox (2009)

Wes Anderson y el otoño son almas gemelas, y Fantastic Mr. Fox lo demuestra con cada cuadro de su animación en stop-motion. La paleta cálida de naranjas, marrones y ocres es prácticamente un homenaje a los tonos otoñales, y la historia, aunque excéntrica y divertida, tiene también esa dulzura melancólica que caracteriza la estación.

Es una película sobre la familia, la astucia y la necesidad de pertenencia. Pero también es, visualmente, una carta de amor al otoño: túneles bajo tierra iluminados por faroles, campos cosechados, cielos de crepúsculo. Una película para ver con una manta sobre los hombros y un chocolate caliente en las manos.

Un cine para acurrucarse en otoño

Cada una de estas películas nos muestra una cara distinta del otoño: el romance melancólico de Otoño en Nueva York, la inspiración poética de El club de los poetas muertos, la diversión embrujada de Hocus Pocus, la ternura romántica de Tienes un e-mail, la oscuridad gótica de Sleepy Hollow, la fantasía nostálgica de Laberinto y la calidez artesanal de Fantastic Mr. Fox.

Quizá eso es lo más hermoso de esta estación: su capacidad de abarcar lo ligero y lo profundo, lo mágico y lo real, lo efímero y lo eterno. Así que, cuando las hojas comiencen a caer y el aire se vuelva fresco, hazte un espacio en el sofá, enciende una vela de canela, y deja que el cine te acompañe en este viaje otoñal.