Por: Ruth E. Hidalgo C. (Periodista)
Caracas 1ero de Agosto del 2024
Todo comenzó un domingo 22 de octubre de 2023, cuando la ciudadanía aun incrédula y con cierta apatía, acudió una vez más, a la convocatoria precipitada de elección primaria del candidato opositor para competir con el candidato del oficialismo, el mismo presidente de la república, Nicolás Maduro, debido a que el Ejecutivo decidió adelantar las elecciones presidenciales de diciembre a julio de este año 2024, frente a la crisis económica, política y social que vive el país.
Este pueblo noble e indefenso y casi desahuciado y desesperanzado, que creyó por mayoría, en las incumplidas promesas del autor de este desastre e iniciador de lo que se denominó “El socialismo del siglo XXI´¨, Hugo Chávez Frías, hoy ha despertado del ficticio encanto del socialismo descrito por el, donde viviríamos en el mar de la felicidad. Se derrochó la mayor fortuna de un país rico, el más rico de América Latina, para llegar a ser hoy día, el más pobre de la región.
Fue entonces cuando surgió, como por arte de magia la conexión entre una mujer quien desde muy joven ya había incursionado en la política, María Corina Machado, una joven ingeniera industrial, diputada de la Asamblea Nacional, ya conocida en el mundo político y por la sociedad en general, pero fue en este proceso de elecciones primarias, cuando se efectuó de manera espontánea ese “click” entre MCM y la gente. A partir de ese momento la ciudadanía diezmada, golpeada y engañada acude masivamente a votar, movida por el resorte de la esperanza en un cambio de 180 grados en su modo de vida, en el cual no tuviera que sobrevivir, sino vivir dignamente con servicios de calidad, educación, vivienda, salud, recreación y esparcimiento como todo ser humano merece. El resultado fue asombroso, obteniendo el 90% de votos, dejando boquiabiertos a propios y a extraños.
El régimen incrédulo ante tamaño resultado trató sin éxito de invisibilizar dichas elecciones con múltiples obstáculos día tras día, vez por vez y superados con éxito por MCM y su equipo de la Plataforma Unitaria, para convertirse en la única opción válida para competir en unas presidenciales.
Ahora bien, habiendo llegado hasta aquí había un gran “pero”, su inhabilitación política, totalmente arbitraria hecha por el régimen sin ninguna sustentación valida.
Así comenzó la gran campaña electoral recorriendo todo el país por tierra, pues se le prohibió el uso de las líneas aéreas por parte de la dictadura, algo que ella astutamente convirtió en un “plus”, obteniendo una magnífica conexión con los venezolanos de a pie, del campo y de la ciudad, emprendedores, productores, con todos los estratos sociales y etarios, de aquellos que no se quieren ir y de los que quieren regresar a su país.
Le cerraron carreteras, subió cerros a pie, se montó en curiara y navegó el Orinoco, montó a caballo cuando no vendieron gasolina, en moto cuando no hubo carro, hasta la isla de Margarita llegó y aún no sabemos cómo… detuvieron a todo aquel que la apoyó con un vehículo, lancha u hotel o restaurante donde se alojó, donde comió. La gente hizo caso omiso a las multas y clausuras de comercios y establecimientos del SENIAT.
Es así como se va convirtiendo en una especie de heroína o Dama de Hierro, como ya se le menciona hasta en medios de comunicación internacionales.
Por su parte el régimen se ocupa de la elaboración del tarjetón electoral y la escogencia, tanto del candidato de su partido y de los grupos que lo apoyan, el repitiente y actual Presidente de la Republica, Nicolás Maduro. Otro tanto hace la Plataforma Unitaria que agrupa a los partidos que conforman la Unidad Democrática y escoge como su representante a los comicios a la académica Corina Yoris, quien rápidamente es objetada y bloqueada por el organismo electoral venezolano CNE. Es cuando MCM postula a Edmundo González Urrutia, un total desconocido para el país.
Quien es Edmundo González Urrutia, se pregunta la gente. Una figura desconocida, sí podrá ser realmente el candidato aceptado por el régimen. Las interrogantes se fueron despejando poco a poco y dándose a conocer esta figura de un hombre de 74 años, calmado, equilibrado, ecuánime, diplomático de carrera, jubilado, padre de familia, clase media, discreto y comedido en su hablar.
Las expectativas de la aceptación de su candidatura se mantuvieron hasta el final de la contienda electoral, habiendo realizado una campaña atípica y con todas las limitaciones por parte de la dictadura. Cero publicidad ni participación en medios de comunicación radioeléctricos nacionales, tampoco vallas publicitarias, ni volantes, sin dinero, así, como decimos en Venezuela, “a pelo”, con la participación de todos los venezolanos que pusieron el pecho y las ganas de cambiar dictadura por democracia, opresión por libertad, tristeza por alegría, pobreza por riqueza, sufrimiento por amor.
Así, de esta manera, los venezolanos luego de haber salido masivamente al llamado de la patria, al llamado de la tierra amada, generosa y prodiga que nos ha dado todo, así y aun después de tres días de haber votado en un acto cívico, impecable, con el mayor orden y con unos resultados de urnas contundentes, inequívocos y demostrados, a un paso a la libertad y democracia, todavía, hoy se lucha contra el oprobioso régimen, que sin ambages, tuvo la osadía, de declarar ganador al hombre que actualmente usurpa la presidencia de la república de Venezuela.
Seguro está este noble gentilicio de los venezolanos de recuperar su libertad, esa misma conquistada por sus libertadores, quienes con su aguerrido y decidido carácter ancestral nos dieron la impronta de vivir en ella.
¡Hasta el final!