La historia de Katia Callahan es una de dedicación, resistencia y una pasión profundamente arraigada por el servicio comunitario. Nacida y criada en el enérgico corazón de la Ciudad de México, Katia cursó estudios de educación preescolar y se graduó como maestra de kindergarten. Su afinidad natural por ayudar a los demás y crear espacios seguros y enriquecedores comenzó temprano en su vida, valores que ha llevado consigo a través de fronteras y comunidades.
Tras mudarse a San Francisco, Katia inició una nueva etapa mientras criaba a su familia. Se involucró activamente en la educación de su hijo, dedicando su tiempo al voluntariado en sus escuelas. Fue allí donde empezó a comprender el profundo impacto que la participación de los padres y de la comunidad puede tener en el desarrollo de un niño y en el éxito de una escuela. Su trabajo voluntario sentó las bases de lo que se convertiría en un compromiso cívico para toda la vida.
Hace siete años, Katia se mudó a Chula Vista, una ciudad que rápidamente cautivó su corazón. Atraída por su calidez, diversidad y fuerte sentido de comunidad, se sumergió en la vida local casi de inmediato. Hoy, Chula Vista no es sólo el lugar donde reside y trabaja, sino también el lugar donde sigue trabajando como voluntaria con una dedicación inquebrantable. Katia participa activamente en siete organizaciones locales, ofreciendo su tiempo, sus ideas y su apoyo a iniciativas que mejoran la vida de los demás.
Uno de los proyectos de mayor repercusión que ha dirigido es Eastlake Food to Go!, una comunidad de Facebook que fundó el 13 de marzo de 2020, justo al comienzo de la pandemia (COVID-19). Mientras los negocios locales se enfrentaban a cierres repentinos e incertidumbre, Katia y su hermana Dania se unieron para lanzar la página como una forma de apoyar a los restaurantes pequeños y familiares que luchaban por sobrevivir. Desde queridos restaurantes de barrio hasta franquicias locales, la página puso de relieve a las personas trabajadoras que mantienen vivo el latido culinario de Chula Vista y más allá.
Lo que hace especialmente especial a Eastlake Food to Go! es su énfasis en la narración y la conexión. La plataforma no se limita a recomendar platos o lugares para comer, sino que celebra a las personas que están detrás de la comida: los empresarios, los chefs y las familias que vierten sus sueños en cada plato. También destaca a los residentes de Chula Vista que tienen negocios en otras ciudades, mostrando que el orgullo de la comunidad trasciende las fronteras.
A lo largo de los años, la página se ha convertido en un recurso vital para los residentes que buscan apoyo local, descubrir nuevos lugares y conectarse entre sí en tiempos de incertidumbre. La iniciativa de Katia no sólo fue oportuna, sino que tuvo un gran impacto. Ayudó a mantener negocios, proteger puestos de trabajo y levantar el ánimo durante uno de los periodos más difíciles que se recuerdan.
La filosofía de Katia es sencilla pero poderosa: una comunidad fuerte se construye mediante la colaboración, la compasión y la acción coherente. Cree que ayudándose unos a otros y comprometiéndose, cada persona puede ser una fuerza positiva. Su enfoque del servicio está marcado por la humildad: no busca el reconocimiento ni la recompensa. En cambio, encuentra motivación en el amor, el compromiso y la alegría de devolver.
Durante los últimos cinco años, Katia ha dedicado incontables horas al voluntariado. Ya sea temprano por la mañana o tarde por la noche, llueva o haga sol, esté cansada o llena de energía, se presenta. Lo hace por su ciudad, por sus vecinos y por las causas en las que cree. Su trabajo lo dice todo, pero su carácter lo dice aún más.
Y no va a bajar el ritmo.
Katia sigue buscando nuevas formas de contribuir, siempre explorando oportunidades para conectar a la gente, amplificar las voces locales y fomentar la unidad. Ya sea apoyando una nueva iniciativa, asesorando a otros o simplemente ofreciendo una palabra amable, su impacto sigue extendiéndose por Chula Vista.
En un mundo en el que es fácil sentirse desconectado, Katia Callahan nos recuerda el poder de aparecer, de servir con amor y de tender puentes dentro de nuestros propios barrios. Ella encarna el espíritu de comunidad en su forma más auténtica, y Chula Vista es sin duda más fuerte gracias a ella.