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Plantas fáciles de mantener en casa (para principiantes que no quieren complicarse la vida)


Si eres de los que dicen “a mí se me mueren hasta los cactus”, entonces no querías perderte este artículo. Tener plantas en casa no tiene que ser un deporte extremo. La verdad es que existen muchísimas opciones que requieren poco cuidado, y aun así llenan tu espacio de vida, color y buena vibra.

En este recorrido te vamos a presentar algunas de las plantas más fáciles de mantener vivas, aunque no tengas experiencia, mucho tiempo o demasiada luz natural en tu casa.

¿Por qué empezar con plantas fáciles?

Antes de pasar a la lista, déjanos contarte por qué es buena idea elegir plantas resistentes cuando apenas empiezas:

  • Evitas frustraciones. Si tu primera planta muere rápido, es fácil rendirse. Con opciones fáciles, tienes más probabilidad de éxito.
  • Aprendes lo básico. Estas plantas son maestras pacientes: te enseñan sobre riego, luz y espacio sin ser “dramáticas”.
  • Transforman tu espacio. Incluso con poco esfuerzo, cambian el ambiente: más fresco, más bonito y hasta más relajante.

Ahora sí, vamos a lo divertido.

1. Lengua de suegra (Sansevieria)

Esta es la reina de las plantas indestructibles. Soporta olvidos, poca luz y riegos esporádicos. Literalmente, puede sobrevivir semanas sin que le pongas una gota de agua.

  • Luz: le da igual si la pones en un rincón con sombra o cerca de una ventana.
  • Agua: con una vez cada 2 o 3 semanas basta (menos en invierno).
  • Extras: limpia el aire y tiene un porte elegante que queda bien en cualquier rincón.

2. Potos (Epipremnum aureum)

Si alguna vez has visto una planta colgante en forma de cascada verde, probablemente era un potos. Es súper agradecido y crece rápido, incluso si no tienes mucha luz.

  • Luz: se adapta a casi todo, aunque con luz indirecta crece más fuerte.
  • Agua: riégalo cuando notes que la tierra está seca al tacto.
  • Extras: lo puedes poner en agua con un vaso bonito y ver cómo echa raíces.

3. Aloe vera

Además de ser decorativo, es un botiquín natural: sirve para quemaduras leves, picaduras y hasta mascarillas faciales.

  • Luz: adora el sol, así que si tienes una ventana luminosa, será feliz.
  • Agua: cada dos semanas es suficiente; el exceso de agua es lo único que lo puede dañar.
  • Extras: cuando cortes una hoja para usar el gel, la planta seguirá produciendo más.

4. Cactus

Los cactus son como los gatos: independientes, bonitos y cero complicados. No requieren atención constante, y sus formas son tan variadas que siempre encuentras uno que te guste.

  • Luz: cuanto más sol, mejor.
  • Agua: solo cuando la tierra esté completamente seca (cada 3 o 4 semanas en promedio).
  • Extras: si quieres empezar colecciones, hay muchísimos tipos para combinar.

5. Suculentas

Son primas de los cactus y también súper fáciles de cuidar. Sus hojas gorditas almacenan agua, así que no pasa nada si te olvidas de regarlas por días.

  • Luz: necesitan buena luz indirecta, incluso algo de sol directo.
  • Agua: menos es más; un riego ligero cada dos semanas suele ser suficiente.
  • Extras: vienen en colores y formas espectaculares, perfectas para mini macetas o escritorios.

6. Espatifilo (Spathiphyllum o “cuna de Moisés”)

Lo mejor de esta planta es que te avisa cuando necesita agua: sus hojas se doblan un poco, y con un riego vuelve a estar espléndida.

  • Luz: le va bien en interiores con luz media o baja.
  • Agua: cada semana más o menos, o cuando veas que empieza a decaer.
  • Extras: tiene flores blancas elegantes que duran mucho.

7. Helecho de Boston

Si te gustan las plantas con aspecto frondoso y tropical, este es tu amigo. Solo hay que darle un poquito de humedad extra.

  • Luz: prefiere la luz indirecta.
  • Agua: mantener la tierra siempre un poco húmeda, pero no encharcada.
  • Extras: ideal para colgar en baños, donde hay humedad natural.

8. Tronco de Brasil (Dracaena fragrans)

Es de esas plantas que parecen un pequeño arbolito y dan un aire exótico sin pedir casi nada a cambio.

  • Luz: luz indirecta, pero se adapta bien a poca luz.
  • Agua: un riego semanal suele ser suficiente.
  • Extras: crece lentamente, así que lo tendrás contigo muchos años.

Consejos básicos para no matar a tus plantas (aunque seas principiante)

  1. No las ahogues. El error más común es darles demasiada agua. La mayoría de las plantas prefieren quedarse un poco secas que encharcadas.
  2. Conoce tu espacio. Antes de elegir, fíjate cuánta luz entra en tu casa: ¿tienes ventanas soleadas o rincones oscuros? Hay plantas para todo.
  3. Macetas con drenaje. Asegúrate de que tengan agujeros en la base, así evitas acumulación de agua.
  4. No las muevas demasiado. A las plantas no les gusta el cambio constante de lugar, se estresan.
  5. Un poco de amor. Hablarles o limpiarle el polvo a las hojas puede parecer cursi, pero las ayuda a respirar mejor.

¿Por dónde empezar?

Si de verdad eres principiante y quieres asegurar el éxito, nuestra recomendación es que arranques con una lengua de suegra, un potos y una suculenta. Entre las tres tienes variedad de formas, texturas y colores, y ninguna te dará dolores de cabeza.

Con el tiempo, cuando veas que no se mueren y hasta crecen, te animarás a probar otras opciones. Y créeme, cuidar plantas puede volverse un pequeño vicio: empiezas con una y de pronto tienes una jungla en el salón.

En resumen

Tener plantas no tiene que ser complicado. Con elegir bien (y no regar de más), puedes disfrutar de todos sus beneficios sin sentir que tienes una responsabilidad gigante.

Las mejores opciones para principiantes son:

  • Lengua de suegra.
  • Potos.
  • Aloe vera.
  • Cactus.
  • Suculentas.
  • Espatifilo.
  • Helecho de Boston.
  • Tronco de Brasil.

Así que ya sabes: aunque nunca hayas cuidado ni una maceta, hay plantas que están listas para acompañarte y darle vida a tu hogar. Y lo mejor de todo: no necesitas ser un experto, solo un poquito de atención y cariño.