Imagina que tienes en tu sala un Vermeer. No una copia, no una impresión bonita en canvas. ¡Un Vermeer original! Bueno, ahora imagina que un día te despiertas y… ¡puf! Desapareció. No está. Como por arte de magia (pero del tipo Houdini ladrón).
Imagina que tienes en tu sala un Vermeer. No una copia, no una impresión bonita en canvas. ¡Un Vermeer original! Bueno, ahora imagina que un día te despiertas y… ¡puf! Desapareció. No está. Como por arte de magia (pero del tipo Houdini ladrón).
Our website uses cookies to improve your experience. Learn more about: Cookie Policy